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No se
me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias
o como pasas de higo; un cutis de durazno
o papel de lija. Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz
que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible-
no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
"Que tu familia se divierta en deformarte el esqueleto,
ResponderBorrarpara que los espejos, al mirarte,
se suiciden de repugnancia;
que tu único entretenimiento consista en instalarte
en la sala de espera de los dentistas,
disfrazado de cocodrilo,
y que te enamores, tan locamente,
de una caja de hierro,
que no puedas dejar, ni por un solo instante,
de lamerle la cerradura."
Mentira, en realidad te quiero tanto...
(sí, como Sergio Denis)
ResponderBorrarfuaa sos re vblogger vos.aguante viejasloo olusi
ResponderBorrarte quiero, imbecil
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