De cómo el cielo malo se comió al cielo bueno.

Las puertas empezaron a cerrarse, golpeando contra los marcos con todas sus fuerzas. Nosotros, encerrados en un cubículo con una PC y una ventana que nos mostraba un cielo raro, muy raro. Lo primero que sentimos fue un susto horrible, pero después decidimos que había que ir a ver qué pasaba. N. fue el voluntario, y luego de algunos intentos de abrir la puerta, la que una fuerza mayor (la llamaremos viento) no lo dejaba abrir, se dirigió en silencio al comedor, donde había papeles y más papeles girando en círculo sobre la mesa, y el ventanal que daba al balcón abierto. Se quedó quieto, decidí ir a ayudarlo y logramos ordenar y cerrar la gran puerta de vidrio, pero volviendo al pequeño cuarto cdonde nos esperaban nuestras compañeras, paré en el cuarto de L. para ver por la ventana. Decidí llamarlos, un fenómeno estaba ocurriendo, una gigantesca nube gris estaba comiéndose a nuestras lindas nubes blancas, y tapando nuestro cielo con sus apagados colores. Los cuatro, muy asustados,comenzamos a interpretar: llegamos a pensar que estaba por producirse una tormeta, seguida por un huracán, pero no: el cielo malo, es decir, el cielo del infierno, que vemos en las películas cuando un ente superior se enoja, estaba comiéndose al cielo bueno, el cielo de Dios, los milagros y toda esa historia. Fue muy veloz, pero Él se avivó y activó su campo de fuerza para salvarse. Éste duró un rato largo, pero al cabo de un tiempo el cielo malo rompió el escudo divino y logró comerse al cielo bueno, produciendo así la ya pronosticada por nuestros humildes cerebros tormenta.